Partí de una chapa de hierro de1,8 mm de espesor y la corté circularmente dándole una medida exagerada. El motivo fue que como nunca había hecho un umbo, no sabía cómo se comportaría la chapa al deformarse.
Acto seguido se marca aproximadamente el sector donde se levantará la chapa. Para hacerlo hay varias maneras, entre ellas usar una base de madera cóncava, un pedazo de plomo o una bolsa con arena (también con una concavidad).
De igual manera se puede hacer usando una superficie esférica de hierro de cualquier tamaño. Este fue el caso que usé yo. Es decir, al martillar, la chapa se aplasta y se expande, hacia algún lado tiene que ir, y lo hace hacia arriba, elevándose de una manera inaudita.
Comencé abombando un poco la chapa en la concavidad para pasar a la superficie convexa. Luego de gran cantidad de golpes se comienza a vislumbrar la elevación en la chapa. Los golpes no tienen que ser demasiado fuertes pero sí constantes. Aquí a la chapa se le gana por cansancio. No hay que tratar de hacerlo rápido, con una maza, por ejemplo, porque lo más probable es que arruinemos la chapa por machacar demasiado una zona.
Cuando la protuberancia llega a los tres o cuatro centímetros ya estamos en las medidas óptimas. De allí en adelante se puede profundizar más.
Cuando decidimos que la semiesfera es la adecuada a nuestros pensamientos, cambiamos a un martillo lo más plano posible y nos dedicamos a emparejar la superficie tanto como podamos. Esto lo vamos a agradecer al momento de lijar.
Sólo resta cortar el excedente de chapa y agujerear donde el umbo se fijará con remaches al escudo. (Viendo como va quedando el umbo, me dieron ganas de fabricarme un casco de una sola pieza)
El escudo deberá ser cortado por dentro usando la misma medida del interior del umbo, y por allí se pondrá un agarre, generalmente de madera.
Una vez practicados los orificios se puede comenzar el lijado, con amoladora y de forma paciente, no vaya a ser cosa que arruinemos un trabajo de varias horas.
Una cosa importante es no ablandar la chapa mediante calor. La amoladora, por fricción, genera gran cantidad de energía que se almacena en forma térmica en la chapa. Si vemos que cambia de color a azul eso no es bueno. El tema es que la chapa, al ser sometida a infinidad de golpes de machaque, se agría, se pone mucho más tenaz de lo que era anteriormente. Tanto se endurece que si quisiéramos conseguir un abombado de muchos más centímetros, deberíamos calentar al rojo para liberar las tensiones de la chapa para seguir trabajando. Entonces, una chapa agriada es buena en este caso porque le aporta gran resistencia al objeto, no se debe calentar porque se ablanda.
Abajo el trabajo terminado, pulido hasta lija de 360. Las medidas finales resultaron en: Diámetro total, 19 centímetros. Diámetro interno, 13 centímetros. Altura, 3,4 centímetros.
En el siguiente enlace se puede apreciar la colocación del umbo en el escudo y la terminación del mismo:
8 comentarios:
Tu ritmo de trabajo no deja de sorprenderme y sorprenderme...
Bonito umbo.
Gracias Axil!
Aunque ahora cuando se me terminen las vacaciones viene el parate.
¡Saludos!
Está muy bien amigo Mariano, ya tengo ganas de ver como queda el escudo terminado.
Gracias estimado Jaime.
Ni bien avance en el proyecto subo las imágenes.
Saludos!
Lo primero felicitarte por tu magnífico trabajo y lo segundo decirte que te odio XD por la habilidad que demuestras y lo facil que parece todo.
Gracias a este post he visto como podemos fabricar broqueles y parece hasta facil de hacer y todo, se que no era tu objetivo pero gracias
Ante todo muchas gracias por leer y comentar y me alegro mucho que le haya servido, señor Felix. Por otra parte, va a ver que con la práctica conseguirá la habilidad que necesita. Qué interesante idea la de fabricar un broquel con esta técnica. Lo voy a anotar en mi lista de cosas pendientes a recrear.
¡Saludos cordiales!
Hola, soy nuevo en esto de armeria y queria saber si es necesario calentar el umbo en la fragua para darle forma muchas gracias y saludos.
Hola, se puede ir calentando al rojo para dar la forma más rápido o se puede hacer en frío. Lo que sí, las últimas pasadas se deben hacer en frío para que la chapa quede lo que se llama "agria". Es decir, si el umbo, una vez terminado, se calienta al rojo; pierde toda la tenacidad que le dan los sucesivos martillazos y queda blando. Entonces, si se hace en frío, el proceso de estiramiento de la chapa hace que esta se fortalezca por las tensiones internas (incluso a veces hay que calentar para aflojar un poco y evitar incluso rajaduras). Si se hace poniendo al rojo, los últimos golpes se dan en frío, digamos el último centímetro de levantamiento. ¡Saludos!
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