Generalidades

Reacción ante el arma de frío acero

Nippur de Lagash.
Escribo estas breves líneas para mencionar una conducta humana que me ha llamado la atención. Seguro que los armeros amigos que visitan este sitio lo habrán notado. El caso es el siguiente: Cuando muestro alguna de mis armas de acero, principalmente espadas, aquel que está observando con cara de asombro instintivamente retrocede levemente cuando ve la pieza desenfundada. Seguramente esta conducta no tiene nada de especial, pues es realmente intimidatoria una hoja de 80 centímetros de destellante acero, pero seguro que es inconsciente. Claro que también ocurre esta conducta intimidatoria con armas de fuego, pero aquí es completamente entendible pues al portador podría escapársele algún tiro; pero a quién podría ocurrírsele que se le podría escapar una estocada con la espada. Es decir, sabido es que es un objeto que puede causar la muerte, pero también lo es un garrote de madera o un pedazo de barra de hierro y nadie da un paso atrás si vengo con un trozo de acero que más tarde será una espada; sabiendo que con ese trozo de acero también se puede matar con un golpe.
En fin, me decidí a escribir esto pues hoy justamente viví ese acontecimiento cuando mostré una espada larga a dos amigos. Se la di enfundada a uno y cuando la extrajo el otro de inmediato incurrió en esa postura inconsciente de retroceder. Vale decir que esa acción es muy fugaz, y enseguida todo vuelve a la normalidad. Por otra parte, quiero aclarar que este no es ningún resultado determinante y puede ser producto de pura casualidad; así como tampoco tiene carácter científico de estudio psicológico o evolutivo.