Generalidades

Los Visigodos en España

Con la invasión de los suevos, alanos y vándalos, el territorio de España quedó en su mayor parte en poder de los bárbaros. Sin embargo, los hispano-romanos que habitaban la península lograron conservar algunas fortalezas hasta la llegada de los visigodos (414) que, aliados de Roma, franquearon los Pirineos (entre Francia y la Madre Tierra) al mando de Ataúlfo, sucesor de Alarico, y se establecieron en Barcelona. Ataúlfo, asesinado por un fanático, fue sucedido por Walia quien se propuso restaurar en España la autoridad imperial. Además inició su dominación en el sur de la Galia, donde los visigodos poseían su reino llamado Aquitania y cuya capital era Tolosa. El rey Eurico que gobernó entre 467 y 485 consiguió la independencia de Aquitania, un año entes de la caída del Imperio Romano de Occidente (475). Producido el derrumbe del poder romano, Eurico dispuso conquistar para sí toda la península Ibérica, ya que el noroeste estaba aún en manos de los suevos. Logró apoderarse de Zaragoza y Pamplona; además dejó guarniciones militares en algunas otras ciudades importantes. Eurico fue un notable guerrero y un hábil político, y si bien no logró completar su dominación en la península, puede considerársele como el fundador de la monarquía visigoda en España.
A comienzos del siglo VI los francos conquistaron la región sur de la Galia y expulsaron de allí a los visigodos. Estos debieron internarse todavía más en España y la corte se estableció en Toledo, que fue su capital.

El Imperio Bizantino

Constantinopla
Terminadas las invasiones de los pueblos bárbaros, y cuando Roma no conservaba sino el recuerdo de sus glorias pasadas, la ciudad de Constantinopla continuó siendo la cabeza y la capital del Imperio Romano de Oriente, durante toda la edad media.
La vida de este glorioso imperio fue larga y brillante: tuvo momentos de gran decadencia, pero siempre pudo superarlos, hasta que sobrevino su caída definitiva. (Todos los imperios, tarde o temprano, luego de un período de esplendor, más tarde de un período de “inflación” tipo burbuja, terminan por desplomarse y desintegrarse).
El imperio continuó siendo “romano” por su organización, sus leyes y su cultura, pero situado en Oriente, se fue impregnando de un “Helenismo” extremo, hasta convertirse en un verdadero “imperio griego”

Caída del Imperio Romano

La división del Imperio
Teodosio (año 379-395), emperador de origen español, enrola a cuarenta mil visigodos y se convierte en el único amo del imperio romano. Estas levas le sirvieron para aplacar muchos de los inminentes desórdenes civiles que se sucedían en el imperio que se derrumbaba sin remedio. Varios actos caracterizaron el gobierno de Teodosio.
Suprime la vieja religión romana, prohíbe los sacrificios, cierra o destruye los templos, ordena extinguir el fuego de Vesta (1). El cristianismo se convierte en la religión oficial e impone el domingo como día de descanso obligatorio.
Al ver que las rivalidades se multiplicaban entre las autoridades de Milán y de Constantinopla, el emperador Teodosio, antes de morir, divide el imperio entre sus dos hijos. El mayor, Arcadio, de 18 años,  reinará desde Constantinopla sobre Oriente. El menor, Honorio, de 11 años, desde Milán sobre Occidente. A partir de este momento (año 395), nada queda del inmenso poderío romano que por cientos de años dominó el mundo conocido. Desde la fundación de Roma entre los años 758 aC y 728 aC (el más probable es el año 753 aC), la creación del imperio, hasta el año 395.

Francia en la Edad Media

Clodoveo se convierte al catolicismo
Concluidas las invasiones de los pueblos Bárbaros, hacia el año 480 casi toda la Galia estaba bajo la ocupación de los germanos: en el norte se asentaban los Francos, en el centro, los Burgundios y los Alamanes, y en el sur, los Visigodos, dueños también de gran parte del territorio de España. Solamente en el oeste quedaba todavía un menguante resto del inmenso poderío romano del pasado (en futuras entradas comenzaré a desarrollar las culturas antiguas anteriores al Medioevo). Este remanente romano era el reino que el general Siagrio había fundado por su cuenta aprovechando el desorden general. El Reino de Siagrio fue creado en el año 476 cuándo en Rávena, la capital del Imperio Romano de Occidente, el germano Odoacro destituye al último emperador romano Rómulo Augústulo.
 
Pero veinte años después toda la Galia dependía de los Francos, por obra de su incomparable caudillo Clodoveo. Éste, elegido rey a los 15 años, nieto del rey Meroveo, demostró ser un extraordinario político, inteligente y decidido, pero al mismo tiempo inescrupuloso y cruel en extremo.

Los Normandos

Recreación de la Batalla de Hastings, en Inglaterra.
Estos pueblos germanos, establecidos desde muy antiguo en la actual Escandinavia habían permanecido estáticos mientras sus hermanos de raza se repartían el Imperio Romano en decadencia.

Pero, hacia el año 800 en la plenitud de su poderío, creyeron llegado el momento de intervenir. Convertidos en terribles piratas, dieron comienzo al gran asalto que modificó totalmente la vida europea.
Se los llamaba indistintamente Normandos u hombres del norte, pero entre ellos se distinguían los Noruegos o vikingos, los Suecos o Varegos y los Daneses.